diciembre 17, 2010

Sol y sombra

Sentados de espaldas, sin tocarnos, sin hablar y sin sentirnos. Como dos completos extraños.
Deslizo en ti mí mano y no respondes.
Desisto.
Miro fijo el horizonte, yendo a el con las piernas inmóviles.
Sin más, te dispones a trazar versos.
Me encanta verte así, genio en acción.
Consigo observarte apenas girando la mirada.
Y así, te levantas y te vas.
Te vas mientras observo de hito en hito tu asombrosa anatomía, aunque solo consiga verte alejar.
Y yo aquí me quedo, en un baño de luz y sombra.



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