junio 02, 2013

Incluso sentados inocentemente uno al lado del otro podía percibirse la atracción que existía entre nosotros.
Ahí estábamos, sin cruzar palabra mientras por nuestra mente se cruzaban toda clase de excesos del cuerpo. Con delicadeza recargué mi cabeza en su hombro, como si fuera a revelarle algún secreto. Gemí en su oído. Gemí quedamente y mi lengua recorrió los recovecos de su oreja con suavidad, acariciando con especial intención el lóbulo y saboreando las contracciones discretas y casi imperceptibles de su cara. Con el mismo decoro y discreción dejé mi mano escabullirse por debajo de su ropa y sigilosamente mi mano se deslizó por el borde de su ropa interior, justo ahí donde comenzaba mi perdición.
Él hacía un esfuerzo sobrehumano por guardar la compostura y no destrozarme la ropa ahí mismo, enfriando y endureciendo sus facciones.
 Me encantas
Le susurré.
Y tú a mí.
Respondió con un hilo de voz.
Y se puso de pie, tocó el timbre y descendió del autobus mientras yo le guiñaba un ojo desde la ventanilla.

7 comentarios:

  1. Cielos, no sé que comentar pero debes saber que lo leí y me encantó, es perfecto<3

    ResponderEliminar
  2. Menuda forma de "cortar" la escena, no me esperaba un final así, tan rotundo, para nada.
    Me ha gustado mucho la brevedad y la emoción contenida de los dos, sí.

    Un abrazo,
    Little shooting star. :)

    ResponderEliminar
  3. Que lindo, a veces momentos así son los que apreciamos más.
    Me ha encantado(:

    abrazos ( de oso )

    ResponderEliminar
  4. Breve, intenso y exacto, como siempre Alex.
    Leo tu blog a menudo, y te digo...no dejes de escribir nunca

    ResponderEliminar
  5. Perfecto, nada más que decir.


    Ma belle Catastrophe

    http://imperfect-is-perfect.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  6. Jamas imagine que estarían en un autobús y como dice Bellatrix, breve pero intenso

    ResponderEliminar