diciembre 05, 2010

Noctámbulo

Veo la vida pasar y consumirse ante mis ojos al igual que éste cigarrillo, cuyo humo me llena los pulmones al inhalar.
Me siento en mi azotea, como un gato sobre el tejado a escribir unos renglones que no se a donde van.
Me pregunto siempre si no seré uno torcido de Dios.
Las estrellas se reflejan en mis ojos, que algún día no las verán más.
A lo lejos aulla un perro, tal vez solo, quizá no tanto como yo.
Oh fría soledad, compañera fiel que me abraza en las noches gélidas.
Siempre preferí el verano.
Respiro frío, estrellas y libertad aprisionada, tambien abandono inverósimil, pues entre tanta gente no encuentro a nadie.
Laberinto sin salida.
Nadie, no somos nadie.
Solo somos una pequeña mota de polvo entre este cúmulo de lejanas galaxias.
Somos estrellas que cruzamos fugaces el firmamento.





Subjetivo.



La noche siempre fue cómplice de mis locuras reflejadas en papel.

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