Lo que no quieres oir

Nunca quieres escuchar
lo que eres para mí
evades cada vez
que lo intento admitir.

No me lastimas tú,
lo hago yo misma cuando quiero
como tú, con tus heridas
me produzco el mismo placer.

Un gusto que duele,
el gusto que arde
el placer de sentir
de sentir desprecio.

Tu desprecio de doble fondo
en el fondo de tí me quieres
aunque sea un poquito,
aunque sea de lejos.

Y te tapas los oídos
y cierras los ojos luego,
cuando te quiero decir
que te quiero para mí.

Como a un asesino confeso
a quien nadie le quiere escuchar su crimen revelar
igual tú no le quieres creer
por miedo a ser asesinado también.

Derechos reservados por mí.